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Rotterdam

Fotografía por: Andrés Asturias

Rotterdam es una de las ciudades más emblemáticas de Holanda. Su arquitectura se reconoce mundialmente por innovadora. Es una ciudad sobreviviente, joven e internacional, en constante evolución.

Cuando uno llega a Rotterdam en tren, parece haberse transportado en el tiempo. Tras kilómetros de campos verdes y pequeñas granjas de los pueblos aledaños, al salir de la estación, uno se topa con una multitud de grúas, tractores, conos y detrás de este panorama, torres enormes de espejos con pantallas en sus laterales, esculturas monumentales y enormes plazas. La ciudad está poblada por una enorme diversidad cultural, dándole una riqueza, sabor y colorido extraordinario. Uno tiende a pensar en los Países Bajos como ciudades frías y silenciosas; éste no es el caso de Rotterdam, cuya historia es palpable en todas sus calles. Esta Venecia del futuro es una de las ciudades de arquitectura por excelencia y la manera como ha llegado a serlo es inspiradora. Rotterdam comenzó como un asentamiento en ambos lados de la Rotte, un afluente del río Nieuwe Maas. Ganó los derechos de ciudad en 1340, desenvolviéndose a partir de la tradición del comercio por siglos. A partir del siglo XVII empezó a posicionarse como un puerto de importancia. Así, el comercio, la pesca y la navegación se convirtieron en los elementos económicos fundamentales. La ciudad se convirtió en el hogar de unos 30 mil habitantes. Actualmente su mercado en la plaza de la biblioteca central, ofrece los más suculentos pescados, mostrando el orgullo de una tradición aún presente.