Intromisión

Lester Mead, Cine Especial, Sonido Bernal o Alberto Rodríguez-Collía

Por: Julio Hernández

Su trabajo es un tumulto, motín, bochinche que representa la realidad sin la intención de ser hiperrealista, es una realidad distorsionada por la poca armonía que la ensucia, que provoca una sensación incómoda pero a la vez de admiración por presenciar obras con una sutileza y amor a la creación artística. La obra de Alberto la siento muy cercana, es como el cine, utiliza lo cotidiano sin preámbulos, la justificación es dialogar o presentar historias, en el caso de él nos presenta historias y atmósferas, igual que en el cine. Coincido con él, que lo hace no pensando en nadie más, son piezas para él, no es alguien que se pone precio. Posiblemente porque  es un teórico, con una memoria de enciclopedia, navega en el concepto, suele trabajar de mejor manera la irrealidad, así como el efecto espacial o del lugar como propuesta estética y convierte los detalles en objetos. Rompe la realidad interpretándola y apropiándosela, manchándola para devolverla a su sitio pero intervenida. Suena extraño pero esa es su labor. Su trabajo no es una provocación, va más allá de ladrar y hacer enojar a su alrededor como sucede en Guatemala. Siempre nos presenta espacios no percatados.

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Edición 12

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