Por: Walterio Iraheta
Resulta imposible desligar del arte visual latinoamericano todo el trabajo que ha creado el guatemalteco Luis González Palma durante casi tres décadas. Su relación con la imagen es íntima, llena de cuestionamientos introspectivos, experiencias de vida y soluciones estéticas que, en conjunto, remiten a la memoria como un pasado para entender el presente en tanto especula sobre el tiempo y su futuro. Aun con ello, lo que González Palma crea son encuentros y metáforas sobre la pérdida, el miedo, elementos que definen la circunstancia del ser humano durante su transición dentro de este mundo que se antoja inefable, construido, poco a poco, por instantes e ilusiones que pertenecen a lo irrecuperable, lo espontáneo y las intensidades emocionales. Guatemalteco radicado desde hace una década en Córdoba, Argentina, Luis González Palma es un nombre que resalta entre la lista de artistas consolidados, de mayor repercusión, cuyo trabajo representa, con gran capacidad de cuestionamiento técnico, el contexto de todo un continente.
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